Fue en la Semana Santa de 2016 cuando nos alojamos por primera vez en una casa de intercambio. Después de haber recibido nuestro primer mensaje en la web de intercambio de casas unos meses atrás y de haber alojado a esa encantadora familia de Polonia en nuestra casa, nos disponíamos a pasar una semana en la suya.
¿Nos vamos a Polonia?
El destino no fue escogido, fue pura casualidad! Y qué felices estamos de haber podido conocer un país tan maravilloso y sorprendente como Polonia gracias a aquel mensaje recibido por parte de nuestra familia polaca. Los nervios estaban presentes en nosotros: ¿cómo será la casa? ¿nos sentiremos cómod@s estando en ella? ¿nos estarán esperando para darnos las llaves cuando lleguemos?… preguntas y dudas rondaban nuestra cabeza pero una gran ilusión nos invadía. Y llegó el día…¡nos vamos a Polonia!
Nuestra casa de intercambio en Polonia
Nuestra casa de intercambio en Polonia era una casa unifamiliar situada en una urbanización a las afueras de la ciudad de Poznán. Aunque llegamos hasta allí en tren de noche, teníamos reservado un coche por la mañana siguiente para poder movernos a nuestro aire durante los días que nos íbamos a alojar allí. El padre de familia nos entregó las llaves y nos dijo que encontraríamos todo lo que necesitábamos saber en un escrito que nos habían dejado dentro. Solo ver la casa por fuera ya alucinamos, y más aún al entrar y descubrir sus dos plantas y su gran jardín.
En la planta baja encontramos un recibidor en el que dejábamos los zapatos al entrar y que conectaba directamente con el salón y la cocina. Unas grandes cristaleras con persianas automáticas daban acceso a un gran y bonito jardín del que poco pudimos disfrutar dadas las bajas temperaturas que teníamos en el país en esas fechas. En la planta de arriba estaban las habitaciones, una sala de juegos para niñ@s y el baño principal.
Nos encantó que tuviera pantalla de cine, así que al llegar por las noches después de todo el día fuera aprovechábamos para relajarnos después de cenar viendo una película y tomando una copa.
La casa era muy acogedora y práctica, disponía de calefacción central y de Internet. ¡No podíamos pedir más! Disfrutamos mucho de nuestra estancia y si por nosotros hubiera sido nos habríamos quedado allí muchos más días.
Experiencia con los anfitriones
Desde el principio, mantuvimos contacto a través de correo electrónico y teléfono con la madre y el padre de familia. Sabían que era nuestro primer intercambio y respondieron a todas nuestras dudas en todo momento. Nos dieron todas las facilidades posibles e hicieron que sintiéramos total seguridad y confianza hacia ell@s. Días previos a nuestro viaje, recibimos un correo con una guía en PDF que habían elaborado ell@s mismos con todas las recomendaciones acerca de lugares que visitar, cómo llegar a los sitios, dónde comer… Nos sirvió de gran ayuda para organizar nuestro día a día por la zona. Además, nos recomendaron sitios de alquiler de coche e incluso nos ayudaron a comunicarnos en polaco con uno de ellos que ofrecía las mejores condiciones y precio. La mañana siguiente a nuestra llegada, nos recogieron en su coche y nos acompañaron hasta la oficina de alquiler donde teníamos reservado el coche para ayudarnos en toda la gestión. ¡Fue todo un detallazo que siempre recordaremos!
El día que llegamos, nos recogieron en la estación de tren y nos llevaron hasta su casa donde nos explicaron todo aquello que necesitábamos saber. En el salón, encontramos una nota con toda la información súper detallada del funcionamiento y la ubicación de cada cosa en la casa que hizo que nuestra estancia fuera muy sencilla. Durante toda nuestra estancia estuvimos en contacto y nos ayudaron en todo lo que necesitamos. Incluso, un día que nos nos funcionaba el Wi-Fi en casa, vinieron rápidamente y lo solucionaron.
Fue una primera experiencia de intercambio de casa inmejorable. Tal vez por eso nos enganchó desde el primer momento y desde ese día no hemos parado de viajar de esta forma.
¿Qué os parece esta primera experiencia?